todo de lo que no hablo

 

yo no hablo de amores no correspondidos

no recito sonetos ni versos en endecasílabo

no hablo de Montes Everest, de alunizajes o viajes interplanetarios

no hablo de todos los resquicios por los que entra la mugre

no hablo de los ojos negros, huecos, 

    de todos los huecos que se acarician

no hablo de las flores muertas que me llevan de vuelta al Jardín

no hablo de la podredumbre bajo los pies, o adentro de la piel

no hablo de todo tiempo pasado fue mejor

no hablo de Monas Lisas con cálices en las manos

no hablo de ideas ridículas, como la de permanecer

 o transmudar

                                             como la de olvidar

   

no hablo de despedidas agitando pañuelitos blancos

  de mi pañuelo en un cielo tuyo

no hablo de otro Cielo, ni de Vías Lácteas

No hablo de domingos en Gaiman

  de fiestas sin disfraz

no hablo de objetos 

  de los objetos en mi escritorio - una lámpara blanca, un cuaderno a medio escribir de tapa verde que me regaló ella

no hablo de ella, que me conoce ella

no hablo de bestias ni de personas-bestias

no hablo de todas las clases de soledades, 

ni de miedos

tampoco de las palabras que se atoran en la garganta 

o el estómago

no hablo del estómago cuando se estruja

no hablo de lo que se estruja cuando no se habla